Aprovechando que aún no ha ocurrido, es importante seguir una serie de claves para poder evitarlo. Los edificios suelen quedarse vacíos de vecinos y los ladrones visualizan qué casas permanecen cerradas y cuáles no. Un truco bastante útil es dejar las luces de la entrada encendidas para que cualquiera pueda ver que vive gente en ella. En caso de que haya un vecino de confianza o un familiar, puedes pedir que abra las persianas y las cierre por la noche y encienda las luces al menos tres veces por semana. Además, solicítale que recoja tu correspondencia.
Si no dispones de alguien de mucha confianza, puedes instalar un temporizador en tus persianas para que se suban y se bajen regularmente.
Informa de tu viaje únicamente a personas de confianza y de tu entorno y, si dispones de redes sociales, no anuncies tu escapada. Día antes de marcharte es vital que revises todas las protecciones contra el robo de tu casa: rejas, alarmas y cerradura. Si alguna está en mal estado, deberás solucionarla antes de irte.
Olvídate de las películas donde las llaves están debajo del felpudo del rellano puesto que los ladrones saben que algunas personas las dejan debajo y entran sin problema. Si vas a viajar en tren o avión, es recomendable no escribir la dirección de tu casa en la maleta.
Guarda todos los elementos de valor en una caja fuerte y escóndela donde nadie pueda encontrarla. Por último, es importante que revises el seguro de tu casa para así poder disfrutar de las vacaciones sin el miedo a que te roben.
De este modo, evitarás que los ladrones tengan faena este verano. Muchas veces evitar las desgracias pasa por nosotros mismos y es muy importante contar con todos los mecanismos disponibles para evitar disgustos.