Es frecuente encontrarse con situaciones en las que se produce la ruptura de una pareja que tiene hijos. En estos casos de matrimonio, uno de los aspectos más importantes es cómo se va a regular la relación de los padres con sus descendientes. El sistema de casa nido es una de las soluciones ante ente este entuerto, por eso queremos explicar bien su funcionamiento en este artículo, explicando los diferentes puntos.
Por “casa nido” entendemos aquella situación en la que los menores se establecen en la vivienda familiar de forma permanente, de forma que los progenitores son los que deben cambiarse de forma periódica de domicilio. La opción más habitual, por el contrario, suele ser la de que los descendientes sean los que se cambien de casa según lo marquen los plazos establecidos por la ley.
Aunque es cierto que este tipo de opción tiene ciertas ventajas, no es la más ideal desde el punto de vista de un juzgado, y realmente se establecerá en las situaciones en las que haya custodia compartida y así lo pacten ambas partes en un divorcio exprés.
Ventajas y desventajas de optar por el sistema de casa nido en una custodia compartida
Como principal ventaja de optar por este sistema podemos mencionar la estabilidad que se puede generar en los hijos, ya que éstos no van a tener que moverse de la vivienda. Así pues, los hábitos a los que estén acostumbrados no se verán afectados pro los continuos cambios de casa que sí se producen con otras modalidades.
Sin embargo, hay varios inconvenientes que hacen que pongamos en duda la opción de la casa nido. La pareja va a tener que seguir poniéndose de acuerdo en temas domésticos, lo cual va a generar un clima de conflicto y puede llegar a perjudicar la vida personal de los hijos. Además, los progenitores tendrán que hacer frente a un extra de gastos, al tener que realizar pagos en la casa compartida, así como la propia a la que tengan que ir cuando no estén ahí.